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LA AUTOESCUELA EN CASA

LA VERDAD SOBRE LAS AUTOESCUELAS

Acabo de colgar el teléfono y he sentido el impulso irrefrenable de escribir este artículo.

La conversación ha sido con Sandra, una amiga de una antigua alumna, que ya desesperada quiere que por favor la enseñemos a conducir ya que lleva noventa clases y tres suspensos en su actual autoescuela.

Este artículo, va dirigido a ti que estás pensando en apuntarte a la autoescuela y tienes que decidir cual elegir.

Si me lo permites, te daré un consejo.

Normalmente cuando la gente va a una autoescuela quiere información sobre los precios de la matrícula y las clases, pero nadie se molesta en preguntar cual es el método de enseñanza, ni quiere conocer a los profesores ni al dueño.

Mi consejo es que cuando vayáis a informaros, no preguntéis sólo el precio, preguntar si el dueño de la autoescuela trabaja allí, me refiero a que si es profesor y da clases de conducir.

Veréis, existen dos tipos de autoescuelas, unas pequeñas, que suelen tener una sección, o dos como mucho, en las que el jefe trabaja físicamente y en las que generalmente la secretaría suele ser la mujer, la hija o algún familiar.

Luego están las GRANDES, las que tienen NOMBRE  y que tienen treinta o cuarenta secciones repartidas por la ciudad.

Y aquí viene el dilema, ¿cual elijo?

Os cuento como funciona este negocio y después tendréis un elemento más para saber elegir.

Cuando pones una autoescuela, como cualquier otro negocio, tienes unos gastos mensuales ineludibles, como son en nuestro caso el alquiler, autónomos, seguridades sociales, sueldos, mantenimiento y cuota mensual de los coches, IVA, gasolina, luz, agua, etc…

Aquí viene lo que tenéis que saber.

Hoy en día, con la crisis que hemos y seguimos padeciendo, con la bajada de precios y con el aumento de competencia (hace años apenas había la mitad de autoescuelas que hoy) este negocio no es rentable si el jefe, dueño o como queráis llamarlo, no está presente trabajando catorce horas diarias. Lamentablemente para mis riñones, es así.

Por lo que si eliges una autoescuela, llamémosla DE BARRIO, te garantizas que el trato recibido será muy bueno (alguna excepción habrá) porque para nosotros un alumno es un tesoro que guardar y proteger, no tendremos que buscar ninguna artimaña para que tu estancia en la autoescuela se prolongue más de lo estrictamente necesario, y seguramente nos traerás futuros alumnos si has quedado contento con la enseñanza recibida.

Nos podemos permitir trabajar con honradez porque trabajamos físicamente y eso nos garantiza un sueldo que ganamos a base de horas en el coche.

Pero si eliges una autoescuela con treinta secciones, que aparentemente son las buenas, te va a pasar en el noventa y nueve por ciento de los casos que los profesores tendrán que buscarse la vida para que aprendas lo más tarde posible y te examines el mayor número de veces posibles, de este modo se podrán afrontar los gastos, si no es imposible.

Esta semana, y por eso he decidido que ya está bien y que los alumnos deben saber lo que ocurre, me he encontrado con un caso que ya me ha parecido el colmo.

Resulta que una alumna mía, Karla, me cuenta que su amiga está en una de estas autoescuelas maravillosas, con un nombre prestigiosísimo, en la cual se supone que has de confiar y comienza sus clases prácticas.

Con su matrícula le regalaban diez clases, bien, pues la chica comienza sus clases y aunque os parezca increíble, ella no toca el coche en ninguna de esas diez clases, se limita a mirar mientras el profesor conduce, ella consulta con Karla, para ver si eso es lo normal y ella le contesta que no, que ella (mi alumna) desde el primer día condujo el coche y que incluso en la segunda clase ya iba por la autopista.

Bueno, la chica en cuestión vuelve a su clase de conducir y le pide al profesor que le deje llevar, aunque solo sea el volante, y el profesor (aunque de profesor tiene muy poco) le dice que no, que la semana que viene durante sus clases que ya debe pagar, comenzará a conducir, VERGONZOSO.

Vosotros pensaréis que a mí qué me importa que en otras autoescuelas se trate así a la gente, incluso egoístamente a mi me interesa porque esa chica acabará en mi autoescuela y se sacará el carnet conmigo, pero os digo una cosa, las autoescuelas además de enseñar a conducir a cambio de dinero, jugamos con la ilusión de la gente, pocas cosas se hacen con tanta ilusión y tantas ganas que sacarse el carnet, y lo malo es que cuando das con una autoescuela de este tipo, lo que vas a pensar es que todas son iguales, ¡pues NO!, amigos míos, no todas somos iguales.

A mí se me caería la cara de vergüenza haciéndole eso a un alumno. Y lo malo es que esas praxis son ordenadas por los jefes, (si no las cuentas no salen) a mi amiga Toñi la despidieron porque le aprobaban muchos alumnos ¿qué os parece?

Todos los días viene gente que nos dicen lo que les está pasando y si por favor podemos ayudarles.

Nos cuentan que los profesores les frenan a propósito en los exámenes para provocar el suspenso (y paga y paga)

Por cierto, el dinero del examen es integro para la autoescuela, por lo que si te cobran 130 euros por examen y suspendes cinco veces, multiplica y ya sabes por qué te frenan, tasas de tráfico aparte.

Que hasta que no llevan sesenta clases no les sacan a la autopista, retardando el aprendizaje (y Paga…)

Que no les enseñan a aparcar porque se estropea el coche o porque no se lo van a pedir en el examen ― mira supuesto profesor― el coche se estropea del uso, y para eso te pagan la clase, en el examen si no sabes aparcar no apruebas y lo sabes, no engañes a la gente.

Otros repiten durante infinitas clases el mismo recorrido, te dicen que no puedes ir al recorrido de examen porque pierden dinero en gasolina e infinidad de cosas más…

Por eso y para no aburriros más, os diré que cuando paséis por una autoescuela de vuestro barrio, pequeña, con un par de coches, en la que trabaja el dueño y otro profe, quedaros ahí, encima seguramente será más barata y lo que es más importante, te garantizará que tu enseñanza será la adecuada, porque nos gusta nuestro trabajo, disfrutamos de cada minuto y de cada alumno y deseamos de corazón que tu estancia con nosotros sea plenamente satisfactoria.

Y a ti, dueño de esa SUPER autoescuela, haz el favor de no manchar el nombre de un oficio que unos pocos intentamos hacer valer, si regaláis diez clases, muy bien, pero regalarlas de verdad, no estafes a la gente. Seguramente tú dormirás en un chalet y yo en un piso de sesenta metros, pero te aseguro que mi conciencia me deja descansar tranquilo.

¿Podrán decir todos lo mismo…?

 

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